Los momentos más formales también pueden tener alma.

¿Por qué vas a renunciar a dejar tu huella personal en un momento tan importante como la ceremonia? Una iglesia, una sala, un jardín. Cualquiera de estos espacios también forma parte de tu boda. La ceremonia no es algo aparte de la celebración. Ambos momentos deberían integrarse uno con otro, con coherencia y continuidad. Incluso aunque quieras diferenciarlos.

Cuenta tu historia completa y no te olvides de vestir el lugar más íntimo de tu boda, el del recogimiento, la complicidad y el compromiso, con los detalles más selectos.